omo un complemento natural a “Susurro dorado”, esta obra despliega hojas doradas que parecen moverse suavemente al ritmo del amanecer. La luz se despierta con un suspiro, recorriendo cada contorno y generando una sensación de movimiento sutil y delicado.
Es una danza silenciosa donde la vida renace cada día, donde el paso del tiempo se siente en la vibración de la luz que recorre las formas. Esta pieza propone una reflexión sobre la transición entre la quietud de la noche y la energía del nuevo día.
“Danza al Alba” es un homenaje al ciclo infinito, al latido que nunca cesa y que nos invita a despertar con atención, a dejar que la luz nos atraviese y nos transforme.
Obra Original "Danza al Alba" (1.10 x 0.90 m)
Oleo y acrílico sobre lienzo
Nota: La fotografía puede no alcanzar a reflejar toda la textura y trazos presentes en la obra.